3 oct 2007

Cuento de la semana: El asno doctor, una fábula de Esopo

Estando un día en congreso los animales, el león tomó la palabra y les habló así: Hace mucho tiempo, amados compañeros, que somos despreciados por los hombres, a causa según creo de que ellos no nos entienden, ni nosotros a ellos: nuestro lenguaje lo han de tener por algarabía sin duda. El asno entonces lleno de presunción, tomó la palabra sin pedir licencia, y habló de este modo: Si el hombre no nos entiende, es porque nosotros no formamos palabras, y él las forma: sus palabras tienen consonantes y vocales; las vuestras sólo se componen de consonantes, más las mías son vocales; juntas éstas con las vuestras, y ya podremos hablar, y escribir hasta las leyes de Licurgo. No tardes en enseñarnos, le dijeron sus compañeros; y el asno que esperaba esta resolución, alzó el hocico, enristró sus orejas, y formando un ronco murmullo en sus anchurosas fauces, le pasó a sus anchas narices y despidió cinco rebuznos, y en cada uno pretendía pronunciar las cinco vocales, A,E, I, O, U. Pero el caso fue, que al oír el primer rebuzno, fue tal la gritería del concurso, que al concluír el asno sus temibles vocales, faltó poco para que todos diesen con el asno en tierra: Vaya fuera el doctor, decían unos; palos al burro, clamaban otros, y todos se reían a una lección tan extravagante...

El ignorante que presume de sabio, sólo saca burla y desprecio .

Aquí tenemos el porqué de que a los clásicos se les llame clásicos.

No hay comentarios: